Para gustos los colores

Creo que llegó el momento de admitir que cuando una viaja no todo es color de rosa. Cuando emprendes una nueva aventura el botón de la ilusión y el buen rollo se activa. Aunque también es cierto que las viajeras debemos ser honestas y cuando algo –país, gastronomía o cultura- no nos gusta decirlo. En fin, que toda esta palabrería es para decirte que Manchester no me gustó. ¡Hala, ya lo he dicho! ¿Por qué? No lo sé, la ciudad no me llenó lo suficiente, supongo. No obstante puede que pienses que me contradigo, ya que hace unos días te hablaba de mi ojito derecho, Liverpool, y a priori parecen ser dos ciudades con características similares, ambas industriales.

El Museo de Manchester está situado en Oxford Road Street y pertenece a la Universidad que dá nombre a la ciudad

Quizá a Manchester le tendría que dar una segunda oportunidad porque intento recordar algo para contártelo pero soy incapaz. Tan solo cuando veo las fotografías puedo acordarme de un par de anécdotas que me sucedieron.

Sí que es cierto que es una urbe que jugó un papel importante en la Revolución Industrial gracias a sus fábricas textiles. Sin embargo, esa etapa de oro terminó desembocando en una profunda crisis. De ese modo, la ciudad tuvo que reconvertir los edificios industriales en zonas infantiles, de negocios o culturales entre otras nuevas iniciativas que se propusieron. Al parecer el resultado de estos cambios es lo que a mi no me gustó. ¡No lo sé! A mí favor tengo que apuntar que Manchester no es una ciudad muy turística como otras muchas que hay en tierras inglesas. Aún así, estuvimos dos días alojados -en un albergue muy bueno y barato, mejor que el de otras ciudades inglesas- y puedo hablarte de los lugares que más me gustaron y los que recomiendo visitar.

Considero que el ambiente que se forma alrededor de la gran noria –recuerda al London Eye- y de los edificios de estilo medieval con pubs es fresco y divertido. Creo que es el mejor lugar para tomarte unas pintas de cerveza en compañía de tu pareja o amigos el fin de semana, o tras un duro día de trabajo e incluso después de haber escudado durante horas la voz monótona del profesor de universidad. Además, ya que estás en ese punto de la ciudad aprovecha –se encuentra por detrás de éstos pubs- para visitar la curiosa catedral de Manchester. Dicen que es una de las más bonitas de Inglaterra.

El Ayuntamiento de Manchester es un edificio victoriano y sede ceremonial del gobierno local del Manchester City Council

También por el centro, concretamente en el Albert Square, se encuentra el monumento más significativo, el Ayuntamiento. Puedes entrar a su vestíbulo y tomar algo en su Salón de Té.  Además, le fue concedido el grado I en la Lista de Patrimonio Nacional de Inglaterra en 1952, y es considerado una de las mejores interpretaciones de la arquitectura neogótica en el mundo.

¡Manchester también tiene canales!

Los podrás encontrar en la zona de Castefield. Es un rincón especial para dar paseos, relajarte y desconectar de la rutina. Me acuerdo del paseo que dimos y la verdad es que estuvimos tranquilamente hablando y disfrutando del tiempo que muchas veces no disponemos.

Pero lo que más nos divirtió fue la visita a Old Trafford –el campo de fútbol del Manchester United-. Creo que nos gustó tanto porque el camino de ida fue muy gracioso. Está bastante alejado de la ciudad, así que mi recomendación es que te acerques a las inmediaciones del estadio en autobús urbano.

Old Trafford, estadio de fútbol del Manchester United. Puedes hacer una visita guiada al museo y entrar a ver las instalaciones.

Con estos apuntes no quiero desanimar a nadie. Aunque sí que es cierto que de todos los lugares que he visitado este ha sido uno de los que menos me ha gustado. Además mi opinión es compartida con mi compañero de viaje. Pero me gsutaría saber vuestra impresión y volver algún día con otros ojos y comprobar lo bueno que muchas veces he oído sobre Manchester.

Otro artículo que te podría interesar es el de la ciudad de Liverpool: http://adondequieraquevaya.com/liverpool-ganador-de-la-premier-y-beatles/  

Miryam Tejada

Mi ojito derecho

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