La blogger de los Coliseos Romanos

Dirás, ¿y este título ahora a qué viene? Resulta que he caído en la cuenta –vamos que hoy me ha dado por pensar‐ que he visitado cuatro de los diez coliseos romanos más importantes que existen en la faz de la tierra. ¡Mooola, eh!

Y no es que la historia me apasione o que haya viajado expresamente para conocerlos. Es toda una casualidad. Aunque, si fantaseo puedo inventarme que fui Cleopatra en otra vida y vuelvo continuamente a mis raíces. ¿Te imaginas qué fuese verdad?

La huella de los romanos

Bromas aparte y centrándome en descifrar la explicación más lógica llego a la conclusión que el Imperio Romano fue la leche. Es decir, llegó a conquistar tanto y tantos territorios que, a día de hoy, están contabilizados 230 anfiteatros en todo el mundo. Está claro que los romanos allá dónde iban dejaban huella. Una huella que en el siglo XXI las oficinas de turismo aprovechan como reclamo turístico. A las giris esto de saber como vivía la sociedad antigua y cuáles eran sus aficiones les y/o nos fascina: exhibición de animales exóticos, ejecución de prisioneros o peleas de gladiadores. Así que, mi más sincera enhorabuena a las afortunadas ciudades que cuentan con algún monumento romano, ya que tienen turistas aseguradas.

Si mis cálculos no me fallan –ojo, porque en matemáticas siempre suspendía‐, estos son los anfiteatros romanos que he vistado:

1.El Coliseo Romano (Italia)


Obviamente, por muy viajera rebelde que seas o que quieras ser “yo no viajo a los sitios que acostumbran a ir los típicos turistas”, ir a Roma y no ver su Coliseo Romano es un delito. Aunque, en realidad, no sé como podrías evitar no visitarlo, ya que se encuentra en la mitad de la capital italiana.

Sus dimensiones (longitud, anchura y altura) y buen estado de conservación han sido culpables de convertirlo en una de las siete Maravillas del Mundo Moderno. Además, los 2.000 años de antigüedad y la inquietud por saber como fue la sociedad del Imperio Romano, hace que cada año 6 millones de turistas lo visiten.

En definitiva, el Coliseo Romano es todo un símbolo para Roma y un orgullo para la ciudadanía. Eso sí, no me pidas consejo para saber a qué hora visitarlo para evitar las interminables colas, porque es imposible dar con ello. Ármate de paciencia, esa es mi recomendación.

2.Arena de Verona (Italia)


La ciudad italiana de Verona consta de dos atractivos turísticos muy diferenciados: la romántica leyenda de Romeo y Julieta y su Coliseo Romano, tan solo superado en tamaño por el de Roma. Su buen estado de conservación y gran capacidad de espectadores le permite organizar cada verano conciertos de ópera, de ahí que Verona se convierta en la capital lírica mundial.

Además de realizar representaciones teatrales, los desfiles suelen ser muy impresionantes. Nunca los he visto en directo, pero sí que me he visto las carrozas que utilizan para la ocasión y alucinas (te puedes hacer a la idea).

3.El Djem (Túnez)


El también conocido Thysdrus, es el mayor anfiteatro romano de África y el cuarto del mundo. Se trata de uno de los coliseos más sorprendentes porque se encuentra en mitad de la nada, está edificado entre un montón de arena. En 1979 se reconoció su buena arquitectura y se le concedió el sello de Patrimonio de la Humanidad. Y no es para menos, ya que la sorpresa de encontrártelo de bruces en mitad del desierto es un valor añadido.

Lo que más me gustó de la visita fue que en Djem se puede pisar la arena del coliseo, peculiaridad que en otros anfiteatros es impensable.

Uno de sus principales focos de atracción turística es que en él se rodó la película Gladiator, recreando el Coliseo de Roma a partir de este mismo anfiteatro.

4.Pula Arena (Croacia)

La localidad de Pula cuenta con diversas muestras de legado romano, entre las que descata el anfiteatro. Fue construido en la misma época que el Coliseo de Roma, y llegó a albergar 20.000 espectadores. Su situación, frente al mar, es un valor añadido para no pasar por alto su visita.

Actualmente, es la sede del Festival de Verano. Durante la época estival se organizan veladas de óperas, conciertos, citas ecuestres etc. Además, todos sus recobecos están bien aprovechados, ya que los subterráneos son salas de exposiciones dedicadas a la viticultura y cultivo de la aceituna.
*Apunte lowcost: No es necesario pagar, desde fuera se puede visitar y ver con total libertad su interior.

Autora

¡Hola! Soy Miryam periodista digital, blogger y creativa. Trabajo en EscapadaRural.com, me gusta la gastronomía, soy del Eibar, no pierdo la sonrisa y pertenezco a Barcelona Travel Bloggers. Mi pasión es viajar, así que si buscas recomendaciones, consejos, destinos y un poco de humor este es tu sitio. ¡Bienvenid@s!.

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