Ha llegado el momento de dar relevancia a una localidad que a partir de agosto va a dar mucho de qué hablar. Con poco más de 27.000 habitantes y unos fines de semana de infarto, la villa guipuzcoana de Eibar ha vuelto a escribir un nuevo capítulo en los libros de historia. Ya lo hizo el 13 de abril de 1931, siendo el primer pueblo español en proclamar la república. En esta ocasión, en 2014, pasa a la historia en el apartado futbolístico, ya que la Sociedad Deportiva Eibar ha logrado por primera vez en su historia ascender a la categoría reina y, además, quedar líder de Segunda División.

Con el presupuesto más bajo de primera y segunda y alcanzo más del 92% sobre la ampliación de capital que por decreto ley tiene que lograr, los jugadores y la afición armera han demostrado que la humildad, el sacrificio constante y el trabajo en equipo son valores que no se compran en los despachos de ricachones.

En estos momentos

La cuestión es lo que está y va a estar encima de la mesa durante estos meses; el cómo gestionar y aprovechar lo que el fútbol mueve. Estar en primera división son todo ventajas, pero hay que actuar con inteligencia para que el mayor número de sectores se alimenten de la situación.

Mirando de reojo al sector turismo, hay que mover ficha. Cierto es que Eibar suele salir en todas las quinielas y listas como uno de los pueblos más feos. ¿Y? Reinventarse o morir dice el dicho. Benidorm tampoco es que sea ninguna maravilla y ahí que va la gente a salir de fiesta, los del inserso a disfrutar y otros a subir al Resindencial In Tempo. Con esto lo que quiero decir es que la riqueza de las personas está en la variedad de gustos. El atractivo de los lugares no sólo se consigue por tener un edificio o un puente construido por un famoso arquitecto; son miles las maneras de suscitar el encanto.

Dejando de lado el “San Benito” y apostando por lo que realmente se nos conoce, por ser trabajadores y humildes saquemos provecho. En este mundo son muchos los nichos de mercado que existen y muchas las personas que cada vez reclaman más la especialización turística. Así que habrá que encontrar el punto G, educar a los turistas y valorar un poco más lo que tenemos. ¡Eso sí! sin desmerecer el camino que se ha forjado hasta el momento. En la actualidad, la ciudad armera goza con el lujo de celebrar fin de semana sí y fin de semana también actividades que abarcan casi todos los ámbitos desde la danza hasta la música, pasando por deportes, gastronomía, cultura, tradición, historia y un largo etcétera que es imposible de condensar en estas líneas.

Miryam Tejada