Ammán se ha convertido en el patito feo de Jordania. De hecho son muchos los turistas que visitan el país jordano sin pisar su capital. Creo que las agencias de viajes tampoco han sabido sacarle rentabilidad y darle la importancia que se merece. Hasta hace poco se vendían packs turísticos en los que Jordania formaba parte de una extensión de la visita a Siria para conocer en 3/4 días los principales focos de atracción: Petra y el desierto de Wadi Rum.

Y realmente es una pena, o… ¿una suerte? El hecho de que el turismo escasee en Ammán es lo que hace que el patito feo se convierta en cisne. Descubrirás un ciudad segura, sin maldad, en donde los lugareños no te miran como vacas al tren y harán lo posible para enseñarte los rincones más preciados de su ciudad.

Para entender la urbe empiezo por su historia, ya que se trata de una de las ciudades conocidas más antiguas del mundo. Fue fundada hace unos 500 años sobre siete colinas. En la actualidad, en Ammán viven 2 millones de personas, es decir, casi la mitad de la población total de Jordania. El crecimiento desigual de la capital hace que sea muy sencillo perderse. ¡Tranquila! Los taxis abundan y por cuatro duros (es un transporte barato) te llevan a dónde quieras. ¡Eso sí, con paciencia! Hay ocasiones en las que ni ellos saben a dónde tienen que llevarte. Por lo que te recomiendo que tengas claro que Amman está dividida por 8 círculos, circunvalaciones que parten del centro y se ensanchan en la periferia. ¡Comenzamos!

TEATRO ROMANO 

Caminando por el casco histórico encuentras vestigios de la época romana. Su más preciada joya, el anfiteatro. Su construcción terminó a finales del siglo II d.C. y albergaba una capacidad para seis mil espectadores. En la actualidad han sabido sacarle partido y el Forum y el Odeón, con una capacidad para quinientas personas, acoge actuaciones musicales. En el mismo recinto puedes visitar el Museo Jordano de Tradiciones Populares y el Museo del Folklore de Ammán. Ambos museos conservan la colección de mosaicos procedentes de iglesias bizantinas de Jerash y Madaba, así como trajes regionales jordanos y de diferentes países árabes.

ZOCO

Es la esencia de Ammán, el lugar idóneo para conocer no solo la cultura, sino también su gente. Un vez dentro no sabes cuando saldrás. Verás todo tipo de alimentos, olores y vendedores que intentarán encasquetarte cualquier objeto que tengan a mano. Si eres claustrofóbica tómatelo con calma, porque las calles son estrechas y están cubiertas por una sábana negra.

CIUDADELA 

Es un recinto cerrado al que entrarás pagando una cantidad mínima. Merece la pena, ya que es el mirador perfecto para visualizar la magnitud de la capital. Además dada su situación y amplitud, en la Ciudadela, se celebran eventos y conciertos al aire libre. En la antigüedad los historiadores creen que estuvo poblada, porque en el parque puedes apreciar restos bizantinos o romanos. ¿Quieres comprobarlo por ti misma?

DOWNTOWN 

El centro de la capital es caótico. Se trata de un sinsentido de coches, peatones y tiendas. Ese kaos es el que te ayuda a sumergirte en la sociedad jordana, a compartir con los jordanos las calles y locales y a relacionarte con los distintos grupos sociales.

MEZQUITA AZUL

La Mezquita Azul o también conocida como Mezquita Rey Abdullah es alucinante (se encuentra en el 2º círculo). Está dividida en dos zonas, una para hombres y otra para mujeres. Puedes visitarla, aunque tu como mujer tienes que acceder a la zona fémina. En la entrada te proporcionarán una túnica negra para que te la pongas. Es la ocasión perfecta para acercarte al mundo femenino, en una cultura diferente a la tuya y de la que poco conoces. ¡Aprovecha la experiencia!

ZONA MODERNA

Ammán es una ciudad de contrastes lo puedes comprobar en el área moderna, entre el círculo 3º y 7º. Hoteles prestigiosos, grandes centros comerciales y casas vanguardistas hacen que esta zona sea totalmente turística. Está preparada para el tercer sector y para que los turistas consuman.Si visitas uno de sus grandes centros comerciales con las tiendas a las que normalmente acudes no sabes si estás en Madrid, Londres o Ammán.

Miryam Tejada