Dicen que la primavera la sangre altera… y nosotras con lo obedientes y buenas que somos nos hemos tomado el dicho al pie de la letra. ¿Por qué lo digo? Ahora lo entenderás.
Todo comenzó con un comentario mío en Facebook (al final facebook siempre tiene la culpa…) - ¿Qué os parece hacer una calçotada? El comentario quedó así hasta que el día de mi cumpleaños cuando los más allegados me regalaron un vale por una calçotada. Aunque al tratarse de una promoción y de calçots (un producto de temporada) el vale caducaba y no lográbamos ponernos de acuerdo para una fecha conjunta. Así que se tomó la decisión, 13 de abril.
La aventura comenzó cuando me dijeron que la calçotada era en Lloret de Mar a las 19:30 de la tarde. ¿Cómo vamos y volvemos a Barcelona? Responderías: ¿en coche? Sí, hubiera sido lo normal y cómodo, pero ninguna tenemos y alquilar salía caro. Así que…
Arriesgar o arriesgar
Pasos para ir a comer una calçotada muy peculiar:
1. Montamos en el tren rumbo a Blanes (el tren no llega hasta Lloret de Mar). Pasamos los tornos con un billete T-10 de zona1. ¡Está mal! pero seamos realistas; un Domingo de Ramos no iba a estar ningún revisor y las cosas no están como para tirar el dinero. Somos estudiantes con unos trabajos… en fin!!! Aún así hicimos en viaje en tensión, pensando que nos pillarían. Y eso hizo que trazáramos planes para no ser multadas: la alemana que hable en alemán, la china en chino y las dos vascas en Euskera. O decir que nos habíamos montado en el pueblo anterior de prisa y corriendo. Eso nos sirvió para aprendernos de memoria todos los pueblos que hay de Barcelona a Blanes. Geografía también es bueno saber
2. Otro consejo, cuando llegamos al destino no sigas a la masa de gente, sigue a la juventud que aunque te den un rodeo y te lleven por caminos de cabras no tendrás que pasar el ticket por un torno, y de esa manera no serás descubierta por el revisor de la estación en la que te bajes.
3. ¿Y ahora cómo vamos a Lloret de Mar? ¡Correr que hay un autobús que pone: directo a Lloret de Mar! Pensábamos que de la estación de trenes tendríamos que ir a la estación de autobuses de Blanes y allí coger otro autobús para nuestros destino final. Y no es así, hay autobuses que salen cada media hora y el billete cuesta 1,85. ¡Esta vez lo pagamos!
4. Como la calçotada era a las 19:30 y llegamos a Lloret a las 16:30 que mejor opción que ir a la playa.
5. La preocupación de como volver a casa empezó a florecer. Te sitúo: la calçotada era a las 19:30 (abrían la cocina) y a las 20:55 salía el último autobús de Lloret a Blanes. Matemáticamente o engullíamos a velocidad récord o nos quedábamos con los cientos de alemanes de fiesta en Lloret.
6. Blablacar hubiera sido la solución. Un tal Ramón salía de Blanes a las 22:00 con destino Barna. Era nuestra esperanza… pero llamamos y llamamos y nunca nos contestó.
7. Decidimos que para disfrutar más de la cena y ganar media hora de tranquilidad íbamos hacer autostop hasta la estación de trenes de Blanes. Teníamos media hora para que alguien nos llevara. Voy a omitir que menos la alemana, que tenía razón, el resto nos pusimos hacer autostop en sentido contrario al que queríamos ir.
8. Los minutos pasaban y nadie paraba. Todas en silencio pensábamos: “no llegamos, así que el próximo taxi que pase que nos lleve”
9. Por fin un señor paró. Empezó hablar y nos ofreció por 5 euros llevarnos hasta Barcelona. Una buena oferta, pero entre que no le entendimos algunos comentarios y que unas querían y otras no, al final nos dejó en la estación y todos felices.
10. Para volver volvimos a picar con la T-10 zona1 y al llegar como no podíamos salir con nuestro ticket esperamos a que alguien picara el suyo para salir con él/ella. Pero resulta que nos juntamos 8 personas que habíamos hecho la misma jugada y ninguno podíamos salir. Todos empezamos a reinos hasta que uno se acercó a las maquinas de salida y las puertas se abrieron automáticamente.
Llegamos a nuestras casas sanas y salvas!!!
En resumen; fue un gran domingo. Os agradezco mi regalo, pero la próxima vez que sepáis que en Barcelona existen sitios donde hacer calçotadas. Hasta la próxima
La calçotada es una fiesta gastronómica típico en Cataluña. El producto estrella es
el calçots, un tipo de cebolleta que se cultiva para la ocasión. Se pueden comer
desde finales de inviernos hasta comienzos de primavera. Y se asan sobre sarmientos
y se comen con la mano acompañados de una salsa similar a la romesco.
Miryam Tejada
Hay que ver que plan mas bueno, un tanto ajetreado pero buenisimo! Que es ese plato exactamente? Da una envidia pero que muy sana
La verdad que nos lo pasamos ideal, espero repetirlo pronto. Exactamente los calçots son una variedad de cebolla, concretamente la variedad conocida como puerro tardío de Lleida. Se hacen a la brasa y se acompañan con una salsa romesco. Y si te quedas con hambre aprovecha las brasas para hacer un buen asado. Si tienes ocasión prueba hacer una calçotada con amigos y me cuentas